¿Te suena familiar?
Buscas un piso en internet y encuentras el mismo anuncio repetido cinco veces.
– Las fotos: oscuras, mal encuadradas, sin vida.
– El texto: genérico, frío, reciclado de otra vivienda.
– La sensación: indiferencia.
Esto pasa cuando vender una casa se convierte en rutina.
Cuando lo único que importa es subirla al portal y esperar a que alguien llame.
En Seika no creemos en eso.
Creemos en el poder de cada historia.
Porque cada vivienda es única.
Tiene una energía, una luz, una distribución, una vida que merece ser contada como lo que es: Un hogar con alma.
Por eso, en Seika:
No subimos casas.
Creamos historias que venden.
Y cuando un posible comprador ve una vivienda presentada por Seika, no siente que ve “una más”.
Siente que podría ser su casa.
La ves. La sientes.
Y sí, también se traduce en ventas.
En Seika, cada propiedad conquista.
Porque antes de venderla, la hacemos brillar.
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